El Parkinson también puede cursar con deterioro cognitivo

El Parkinson también puede cursar con deterioro cognitivo

La Enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa asociada con un descenso de la producción de neuronas de dopaminérgicas en los ganglios basales y la pérdida de pigmentación de la sustancia negra . Sus principales manifestaciones son síntomas motores tales como bradicinesia (lentitud de movimientos voluntarios), rigidez, voz baja, micrografía, arrastramiento de pies, dificultades para dormir, problemas para mantener el equilibrio y temblores en reposo.

A pesar de que los síntomas motores son los más llamativos y más estudiados de esta enfermedad, también se asocian a ella déficits cognitivos como disfunciones en memoria y funciones ejecutivas, y psiquiátricos, como depresión, ansiedad, apatía y desajuste en las emociones, así como alucinaciones visuales, que pueden ser igual de inhabilitantes o más que las disfunciones motoras.

Denominamos Deterioro Cognitivo Leve (DCL) cuando los pacientes y familiares empiezan a mostrar, o refieren, pequeños cambios subjetivos a nivel cognitivo.

En la Enfermedad de Parkinson, con una afectación principalmente subcortical, a diferencia de otras demencias como la enfermedad de Alzheimer, los principales procesos cognitivos que se verán afectados serán las funciones ejecutivas (disfunción ejecutiva), la capacidad visoespacial, atención y velocidad de procesamiento, etc., así como el control de emociones y el correcto reconocimiento de estas.  A medida que avance el deterioro se verán afectadas otras funciones cognitivas como la memoria, el lenguaje o las praxias y gnosias.

El deterioro cognitivo en la EP es muy heterogéneo, y a pesar de ser los mencionados anteriormente los déficits más relevantes, en muchas ocasiones aparecen en las primeras fases síntomas más corticales como el deterioro en memoria o lenguaje.

La manifestación más extrema de este deterioro cognitivo sería la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson. En muchas casos durante el desarrollo de la enfermedad tan solo aparece el DCL, sin derivar en demencia, y que ya de por si genera un gran malestar tanto a pacientes como familiares. Sin embargo, la aparición de este DCL puede ser un predictor de la posible aparición de una demencia a largo plazo.

Aunque las estadísticas varían mucho, podemos considerar que entre el 20% y 50% de las personas diagnosticadas de EP padecen DCL, y que la prevalencia de demencia actualmente se encuentra alrededor del 40%. Algunos estudios sugieren incluso que, si cogiéramos una muestra de pacientes con DCL alrededor del 80% de estos terminaría desarrollando demencia.

Todos estos síntomas cognitivos descritos anteriormente repercuten directamente en la calidad de vida del paciente, y aunque pueda parecer que son los síntomas motores los que más quejas reciben o los más incapacitantes en la EP, la realidad es que, por el contrario, son los síntomas depresivos y de control de emociones, el deterioro cognitivo, y otros como las alucinaciones visuales, los que resultan realmente más incapacitantes para estos pacientes.

Por ello cabe destacar la importancia de detectar todos estos síntomas a tiempo y realizar un correcto diagnóstico, para poder proporcionarles el mejor tratamiento y abordaje terapéutico. Actualmente la intervención no farmacológica dirigida a los pacientes de Parkinson es multidisciplinar, variando en función de sus necesidades.

Desde el área de la neuropsicología se aborda principalmente el deterioro cognitivo, o demencia, así como otros aspectos como el control y reconocimiento de emociones.

Fuentes consultadas:

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