Cáncer, quimioterapia y deterioro cognitivo

Cáncer, quimioterapia y deterioro cognitivo

¿Qué relación tienen el cáncer, la quimioterapia y el deterioro cognitivo?

Hoy os queremos hablar del deterioro cognitivo inducido por el tratamiento de quimioterapia para el cáncer. Este efecto secundario puede ocurrir entre el 16 y 75% de los casos y, por lo general, suele ser algo minusvalorado, ya que, a la hora de pautar el tratamiento oncológico, lo que prima es la supervivencia al cáncer. No obstante, es algo que, desde Neurointegra, queremos remarcar, puesto que puede aparecer y cronificarse.

Por lo general, los pacientes oncológicos afectados se quejan de dificultades en la concentración, memoria o atención durante el tratamiento o posterior al mismo. Estos efectos han sido descritos en la literatura científica, especialmente, en mujeres con cáncer de mama, aunque también encontramos publicaciones al respecto en otros tipos de cánceres.

Todavía no está claro por qué la quimioterapia puede llegar a tener este efecto sobre el sistema nervioso central. La realidad es que, aunque las dificultades cognitivas parecen ser menores, influyen en la vida diaria de las personas que las padecen. Algunos estudios hablan de recuperación al cabo de unos años en personas jóvenes, sin embargo, no parece haber todavía consenso sobre esta cuestión.

Independientemente de la edad a la que surja esta enfermedad, desde Neurointegra aconsejamos realizar un estudio neuropsicológico previo que, en caso de aparición de síntomas de deterioro cognitivo, permita determinar si, efectivamente, nos encontramos ante dicho deterioro o si las quejas cognitivas pueden estar relacionadas con aspectos más psicológicos y emocionales del proceso.

Así mismo, haya habido o no esa valoración previa, recomendamos realizar un abordaje de estimulación cognitiva llevado a cabo por neuropsicólogos y, según el caso, terapeutas ocupacionales, cuando se presente ese deterioro cognitivo, con el fin de paliarlo y favorecer que influya lo menos posible en el día a día.

El abordaje desde neuropsicología y terapia ocupacional se basará en actividades de estimulación cognitiva, así como de aprendizaje de estrategias que permitan a la persona ganar en autonomía y funcionalidad.