¿Puede tener mi hijo un Trastorno Específico del Lenguaje?

¿Puede tener mi hijo un Trastorno Específico del Lenguaje?

El Trastorno específico del lenguaje (TEL), es un trastorno del neurodesarrollo de etiología desconocida que afecta a la adquisición y desarrollo del lenguaje, pudiéndose prolongar durante la infancia y la adolescencia y dejar algunas secuelas en la edad adulta. 

Pueden verse afectados varios componentes del sistema lingüístico, como sería la fonología, morfosintaxis, semántica y/o pragmática. Una de las clasificaciones más conocidas sería la siguiente:

  • Trastorno del lenguaje expresivo: se ve alterada la producción del lenguaje sin dificultades en la comprensión. 
  • Trastorno mixto del lenguaje expresivo-receptivo o fonológico-sintáctico: existen problemas de comprensión y de expresión.

El TEL suele aparecer con una demora en la adquisición del lenguaje. La mayoría de ellos son hablantes tardíos, por ello, hay que estar alerta ante las siguientes señales de alarma a partir de los 2 años:

  • Presenta un vocabulario escaso, es decir, menos de 50 palabras. 
  • Usa frases cortas de 2 o 3 palabras. 
  • Un habla ininteligible con presencia de errores fonológicos.
  • No comprende oraciones de qué, quién, dónde…
  • Realiza estructuras gramaticales incorrectas.

Este tipo de síntomas afectan en el desarrollo del niño, no solo a nivel del lenguaje, sino también puede tener como consecuencia  un retraimiento social, fracaso escolar, bajo rendimiento y ansiedad. 

En el momento que se detectan estos síntomas, es primordial, que lleven al niño al especialista, es decir, al logopeda y si fuera necesario, contar con la ayuda del psicólogo para prevenir las dificultades del aprendizaje y la posible falta de socialización que puedan darse.

En general, este trastorno suele llegar a confundirse con el TEA, debido a que hay síntomas que pueden parecer comunes como sería el aislamiento social, dificultad para relacionarse con los demás y la dificultad para expresarse y comunicarse. Por ello, es clave observar si el niño muestra intencionalidad comunicativa e intenta desarrollar otro tipo de estrategias para hacerse entender y relacionarse con el entorno.

Por ello, una ayuda a tiempo puede mejorar el desarrollo del niño, evitando aquellas dificultades que se han nombrado anteriormente y recurrir a un equipo especializado para iniciar tratamiento.

En Neurointegra atendemos a niños con este tipo de trastorno, interviniendo directamente sobre las dificultades, así como coordinando a la familia y los servicios educativos para un mayor éxito de la terapia.