dos sanitarios mirando una prueba de imagen cerebral. Delante, título del post: Daño Cerebral Adquirido por tumor encefálico

Daño Cerebral Adquirido por tumor encefálico

El daño cerebral adquirido por tumor encefálico puede darse por tumores benignos o malignos en el tejido cerebral.

Un tumor encefálico o tumor cerebral es una masa de tejido extraño formada por un crecimiento de células anormales e incontroladas en el cerebro que afecta su correcto funcionamiento. 

Los tumores cerebrales pueden dividirse en dos grupos: tumores primarios y secundarios. Los tumores primarios se originan de células que pertenecen al sistema nervioso central y los secundarios se originan en otras partes del cuerpo y se implantan como metástasis en el cerebro. Los tumores primarios tienen una incidencia de 21,42 por 100000 habitantes y los tumores secundarios de 10 por 100000 habitantes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica los tumores cerebrales primarios en cuatro grados, siendo considerados de bajo grado o benignos aquellos con clasificación I y II y de alto grado o malignos los que tienen clasificación III y IV.

Los tumores cerebrales benignos más frecuentes son el meningioma, adenoma hipofisiario y el Schwannoma. Los tumores cerebrales malignos más frecuentes son el glioblastoma, astrocitoma grado III y el linfoma. 

El tratamiento médico dependerá del tipo, tamaño y ubicación del tumor, así como de la salud general y las preferencias del paciente. Entre ellos está el uso de cirugía (en aquellos que se encuentran en zonas accesibles), radioterapia, radiocirugía, quimioterapia o terapia con medicamentos dirigidos.

Los tumores encefálicos tienen altas probabilidades de producir efectos discapacitantes a largo plazo, bien sea por los efectos de su tratamiento, incluyendo las complicaciones quirúrgicas o los efectos neurotóxicos de la radiación y la quimioterapia o por el daño cerebral que causa el propio tumor (tamaño, localización, invasividad). El daño puede dar lugar a lesiones focalizadas en una zona concreta o a lesiones difusas, afectando a diversas áreas cerebrales.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

La forma de presentación clínica de los signos y síntomas de los tumores es muy variable en función del área específica en el que se encuentran ubicados en el cerebro. Los signos y síntomas generales más comunes en pacientes con tumores primarios del sistema nervioso central son: 

  • Cefalea 
  • Crisis convulsivas. 
  • Alteraciones de la memoria. 
  • Cambios cognitivos.
  • Déficits motores. 
  • Alteraciones del lenguaje. 
  • Cambios en la personalidad. 
  • Alteraciones visuales.
  • Alteraciones en el estado de consciencia. 
  • Náuseas o vómitos. 
  • Déficits sensitivos. 
  • Papiledema.

El abordaje neurorrehabilitador se lleva a cabo de forma paralela al tratamiento médico y tiene como fin la recuperación o compensación de los déficits producidos por la lesión o por las consecuencias de los diversos tratamientos, buscando la mayor independencia, funcionalidad y calidad de vida del paciente.

Dada la sintomatología tan diversa, la intervención de estos síntomas debe darse de manera transdisciplinar, ya que pueden verse afectadas cualquiera de las esferas de la vida del paciente. Dentro del equipo rehabilitador se encuentran la figura del fisioterapeuta, neuropsicólogo, terapeuta ocupacional y logopeda, que realizarán un seguimiento estrecho de la persona teniendo en cuenta sus características personales, familiares y del entorno y llevarán a cabo un tratamiento individualizado.

¿Qué aborda, específicamente, cada especialidad?
  • Fisioterapia: La intervención desde fisioterapia está dirigida a la rehabilitación de los síntomas sensitivos y motores (déficits en el movimiento, coordinación, fuerza, equilibrio, capacidad de deambulación, reeducación del patrón de la marcha, mejorar la sensibilidad…)
  • Terapia Ocupacional: La intervención desde terapia ocupacional está dirigida a la recuperación o compensación de la función y a lograr la máxima autonomía posible en las actividades de la vida diaria. Las adaptaciones del entorno físico y el uso de elementos de apoyo facilitarán el desempeño en aquellos pacientes que presentan mayores dificultades en la recuperación de los déficit motores, sensoriales o cognitivos. 
  • Neuropsicología: La intervención desde neuropsicología tiene como objetivo la rehabilitación de los déficits cognitivos y las alteraciones conductuales y emocionales que se puedan derivar del daño cerebral.
  • Logopedia: La intervención desde logopedia va dirigida a tratar las dificultades del lenguaje, la deglución, la masticación, el habla, la voz y la respiración. 

Además del abordaje para buscar dicha recuperación o compensación, cabe también destacar otros dos objetivos del tratamiento:

  1. Paliar los efectos secundarios de los tratamientos médicos desde la fisioterapia y el ejercicio terapéutico adaptado.
  2. Paliar la niebla mental que, en ocasiones, aparece como efecto secundario de la quimioterapia desde la neuropsicología.

En Neurointegra disponemos de un equipo especializado en neurorrehabilitación del Daño Cerebral Adquirido, tanto pediátrico como adulto, que se adapta a las necesidades individuales de cada caso.

Si tú o tu familiar tenéis alguna duda respecto a cuándo comenzar o cómo llevar a cabo este proceso, podéis consultarnos y estaremos encantadas de orientaros.